Durante el último siglo, los aceleradores de partículas han estado asociados a la física básica: han sido herramientas de descubrimiento y de exploración de nuevas fronteras, ámbitos en los cuales han cosechado numerosos éxitos. Su interés para la ciencia básica está asociado a la posibilidad de concentrar grandes cantidades de energía en un volumen pequeño, lo cual permite la producción de partículas pesadas a las que normalmente no tenemos acceso o la exploración de regímenes en los que la materia está sometida a muy altas temperaturas. Ejemplos de grandes resultados en esta dirección han sido el descubrimiento del bosón de Higgs, el estudio de la estructura interna del protón o la creación de los primeros haces de neutrinos para investigación.
No obstante, en las últimas décadas la tecnología de aceleración ha ido encontrando más y más aplicaciones, a la vez que iba madurando y resultando más accesible. Uno de los campos en los que han sido más visibles estas aplicaciones es la medicina, donde haces de partículas pueden ser utilizados para el tratamiento de dolencias, especialmente cuando la cirugía no es una buena opción. Dentro de este ámbito han aparecido varias opciones, dado que los haces utilizados pueden ser de fotones, de protones o incluso de núcleos. Otras áreas en las que los aceleradores han encontrado aplicación son, por ejemplo, la cristalografía, el análisis de restos arqueológicos o la física de materiales.
En el coloquio de esta semana en el IFIC nuestro compañero Juan Fuster nos hablará sobre los campos de aplicación que se abren ante la tecnología de aceleradores en la actualidad, bien entrado el siglo XXI. La medicina sigue siendo una fuerte motivación para el desarrollo de esta tecnología, pero la industria también se está incorporando como un motor cada vez más potente. En particular, se detendrá en el papel que puede jugar en el IFIC en estas iniciativas y en la colaboración con el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) del Ministerio de Ciencia e Innovación para participar en un futuro centro de tratamiento médico mediante terapia de iones.
Juan Fuster Verdú es Profesor de Investigación del CSIC y miembro del IFIC desde el año 1996. Ha desarrollado su carrera investigadora en física experimental de altas energías, como miembro de los experimentos CELLO, DELPHI y ATLAS, y está también muy involucrado en el desarrollo de tecnología de detección para el futuro acelerador lineal. En la actualidad su investigación está centrada fundamentalmente en la física del quark top. Ha sido director del IFIC, y también vicedirector de Tecnología e Innovación, etapa durante la cual promovió la creación de la UCIE que a día de hoy existe en el instituto. Desde el año 2019 es el Delegado Institucional del CSIC para la Comunitat Valenciana.
El coloquio tendrá lugar el próximo 16 de febrero a las 12:30h en el Salón de Actos del Edificio de Cabecera del Parc Científic y se ofrecerá también telemáticamente a través de Zoom. Consulta la agenda de eventos para acceder al seminario.